lunes, 5 de enero de 2009

Mis sueños y preocupaciones


Cuando tenía 18 años, mientras estudiaba con mi querida amiga Mercedes para la selectividad, soñábamos con nuestro futuro; como viviríamos, en que trabajaríamos,..No nos preocupaba mucho si nos ibamos a casar o no, ni en el caso de que lo hiciéramos, como sería nuestro futuro marido; pero sí que soñábamos con nuestros hijos; cuántos, como serían, como se llamarían...

Siempre quise que mi primer hijo fuera varón y que se llamara Santiago. Y así lo hice.

El 31 de julio de 1994 nació mi primer hijo. Santiago ya tiene 14 años. Cuanto ha pasado ya. Ahora estamos empezando la época de la adolescencia; digo que estamos empezando porque yo también la sufre, ufh! y cuánto. ¡Qué mal se pasa!Cómo te acuerdas de tus 14, 15, 16 años, y por ello...que mal se pasa al ver a tus hijos. Es lo mismo, lo sabes, pero ahora estas en el otro lado, y ves todo lo que no viste o no quisiste ver en su momento. Y avisas, y recuerdas, y riñes, y aconsejas, pero sabes...que hasta que no crezca y sea papi, no lo entenderá. ¡¡Qué dificil es ser madre!!



El 15 de junio de 1997 nació Lidia, mi única hija, mi princesita. Tiene ya 11 años, y se está convirtiendo en una mujercita poco a poco. Ella no se da cuenta pero no solo su cuerpo, también su mente, están cambiando poco a poco. Ya no juega como antes; sus preocupaciones son otras; escribir su diario, escuchar música, bailar,... High School Musical, Camp Rock, Jonas Brother, suenan a todas horas; y lo increible es ¡que se sabe todas las canciones!. Es maravilloso ver como cambia; aunque el caracter también le cambia. Cuántas contestaciones, cuántos "déjame en paz",... lo mismo que con Santiago pero en versión femenina. En fin, como me dijo uno de mis dos mayores (no recuerda ahora cual de los dos) "mamá estoy en esta edad, que se le va a hacer".


Y por último, diez años después de nacer Lidia, el 1 de junio del 2007 nación Mario. Mi peque, mi solete, mi principe, mi sueño. Es maravilloso ser madre a los 41. Es un sueño hecho realidad, había rezado tanto, tanto por tener otro hijo.... Y así fue. Todos en casa estamos encantados, ilusionados y felices. No hay mucho que contar de él, su historia es pequeña como él, pero seguro, seguro que su historia llegará a ser muy grande e importante.

Un beso a mis tres sueños y mis tres preocupaciones

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